Berlín, 7 ene (EFE).- Varios cientos de personas se han manifestado hoy ante el palacio del presidente de Alemania, Christian Wulff, con sus zapatos en alto para protestar contra el máximo mandatario germano, que se encuentra envuelto en un escándalo por un crédito inmobiliario y su enfrentamiento con los medios.
Bajo el lema «Enseñar el zapato a Wulff – Shoe for you, Mr. President», los participantes mostraron su rechazo hacia Wulff a la manera de los países árabes donde es una forma de manifestar desprecio.
«Nosotros sólo queremos enseñarle los zapatos, no tirárselos», dijo, Jürgen Jänen, portavoz de los manifestantes en alusión al zapato que un periodista iraquí lanzó en 2008 al presidente de EEUU de entonces, George Bush, un incidente cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo.
Vigilados por un amplio dispositivo policial, los manifestantes -en su mayoría gente joven que había sido convocada a través de la red social Facebook- fueron obligados a desalojar la acera junto al palacio y a situarse al otro lado de la calle, donde la protesta fue seguida por numerosos turistas que contemplaban la escena entre asombrados y divertidos.
Mientras tanto, los partidos de la coalición gubernamental alemana que dirige la canciller, Angela Merkel, han desmentido informaciones publicadas hoy en la prensa acerca de un presunto acuerdo sobre el procedimiento para elegir a un sucesor en el caso de que Wulff acabe dimitiendo.
«Eso es pura especulación y lo rechazo rotundamente», dijo hoy el secretario de organización parlamentaria de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Peter Altmeier, mientras la dirección del Partido Liberal (FDP) calificó de «absolutamente absurdas» las informaciones al respecto.
El rotativo Rheinische Post asegura hoy que los líderes de la CDU, Angela Merkel; la Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera, Horst Seehofer; y el FDP, Philipp Rösler, han pactado ya un procedimiento para proponer conjuntamente un sucesor para Wulff.
Por su parte, el presidente de la oposición socialdemócrata (SPD), Sigmar Gabriel, considera que el escándalo en torno al jefe del estado alemán ha alcanzado ya cuotas insoportables.
«Es terrible que el presidente haya dejado que las cosas lleguen a este punto. Toda la discusión es indigna y deplorable», señala Gabriel en declaraciones que publica hoy el diario Bild, en las que acusa al máximo mandatario y a Merkel de destruir los valores cívicos.
Merkel declaró ayer su respaldo y aprecio personal a Wulff. «La canciller federal tiene un gran aprecio a Christian Wulff como persona y a Christian Wulff como Presidente federal. Y tiene un gran respeto por el cargo que representa», dijo su portavoz oficial, Steffen Seibert.
El Presidente de Alemania es objeto de críticas desde que saliera a la luz que financió la construcción de su domicilio privado con un crédito personal de 500.000 euros que le concedió el matrimonio millonario amigo Geerkens, que posteriormente liquidó con otro crédito bancario.
El caso se agravó tras conocerse que Wulff había tratado de evitar la publicación de la primera noticia sobre el polémico crédito con llamadas, al parecer amenazantes, a la dirección del diario Bild y al grupo editorial Springer.
En una entrevista televisada por las dos cadenas públicas de la televisión alemana este miércoles, Wulff negó que tuviera intención de dimitir, aunque reconoció el «grave error» de llamar a Bild, ante cuya dirección aseguró haberse disculpado. EFE