Cine para niños… y no tan niños

05/08/2015 - 12:30 am

“El cine no es un trozo de vida sino un pedazo de pastel”, proclamaba el cineasta inglés Alfred Hitchcock. ¿Y quién mejor que un niño para saborear una tarta multisabores como la que desde hace dos décadas hornea La Matatena, la Asociación de Cine para niñas y niños, A. C.? Se cumplen 20 años de realizar un encuentro entre las miradas infantiles y el arte de las imágenes a través del Festival Internacional de Cine para niños (…y no tan Niños). Con la Cineteca Nacional como fiel sede, del 3 al 8 de agosto, padres e hijos podrán compartir esa torta con merengue de la que hablaba el Maestro del Suspenso.

La fundadora y directora de Matatena, A.C., Liset Cotera García, reconoce que el cine impacta de manera positiva en los niños y el cometido de su asociación es acercar a la población infantil realizaciones pensadas para ellos y su visión del mundo: “Este festejo permanece como un medio para promover valores como la amistad, la inclusión, la familia, y así formar desde pequeños a mejores y más conscientes ciudadanos”.

Este año el pastel fílmico fue elaborado con el sabor de más de 24 países e incluye ocho largometrajes, cuatro cortos de ficción, 28 cortos de animación, siete documentales y 20 realizaciones de pequeños cineastas con un cúmulo de inquietudes por expresar. Películas que fomentan la amistad, la armonía familiar, el vínculo con padres, hermanos y abuelos; valores cívicos y morales.

De los niños preocupados y ocupados por preservar el medio ambiente: Yael protegiendo el bosque (Suiza, 2014) de Ilona Stämpfli. Yael, la protagonista, apenas tiene 10 años de edad y ya sabe que el bosque es sagrado y lo defenderá cuando sea amenazado por una ruta de concreto. En No hay peces (EEUU-Inglaterra, 2013) de Miki Cash y Tom Gasek, la contaminación en los océanos está dejando a las focas sin alimento. ¿Qué se podrá hacer al respecto?

Otras cintas describen emotivos encuentros entre niños y adultos. La polizón (Suiza, 2013) de Maria Brendle, es un aleccionador encuentro entre una niña de 8 años que ha escapado de un orfanato y una mujer ciega, cada una encontrará su complemento en la otra. Shana (Suiza/Canadá, 2014) de Nino Jacusso, narra el viaje musical de una joven violinista. En El regalo (2014) dirigida por el alemán Jacobo Frey, un niño adicto a los videojuegos encontrará un mundo insospechado lejos de su computadora.

Temas como la migración, los desplazados y la segregación se describen en títulos como Lisa, Princesa por un día (Alemania, 2014) de Phillis Fermer, cuya protagonista es una niña albina de 11 años, cuyos padres han huido de Sri Lanka para refugiarse en Alemania. En Jamila, me gustaría poder volar (Dinamarca, 2013) de Jannik Hastrup, una niña vive en un campamento de refugiados mientras su familia intenta trasladarse a Dinamarca.

Los animales protagonizan otras fantasías: en Historia de un oso (2014) del chileno Gabriel Osorio, un osezno experto en relojería fabrica un objeto mágico. El elefante y la bicicleta (Francia-Bélgica, 2014), con el trabajo de animación de Olesya Shchukina cuenta la ilusión de un paquidermo de andar sobre ruedas. Amicus (2014) del mexicano Raúl “Robin” Morales, se centra en los lazos entrañables entre un niño de la calle y un felino, ambos habitantes de una ciudad inhóspita.

Los objetos cobran vida en El pequeño Ruddy (Latvia, 2013) de Dace Riduze, que narra las peripecias de un lápiz rojo para evitar que una mosca estropee sus dibujos. En Macrópolis (Países Bajos, 2012) de Joel Simon, los juguetes poseen sentimientos y tras ser descartados por la fábrica que los creó se lanzan a la aventura de encontrar a un niño que quiera jugar con ellos.

Se exhibirá también el filme realizado por niñas y niños que aprendieron este arte en La Matatena, A. C., y en donde es evidente que ellos no son ajenos al caos que se vive en algunos hogares y a las responsabilidades que agobian a los adultos: Flor del corazón (México, 2014). Un relato sobre lo que ocurre

cuando mami regresa a casa tras su difícil turno de obrera en una fábrica; el espectáculo que encuentra no es alentador: desorden por doquier, los hijos peleando, un papá que no se involucra en las tareas domésticas y un bebé por atender. Los pequeños cineastas brindan un destello de esperanza al drama de todos los días de muchas mujeres.

Si los chiquitines desean ser más que espectadores podrán inscribirse a los talleres de animación que impartirá el bonaerense Rodolfo Pastor (Langostino,1987), un maestro en dar vida a los muñecos de plastilina, a los objetos y a los recortes de papel y cartón. El Festival también visitará la Sala Julio Bracho de la UNAM, Faro de Oriente y la Universidad Autónoma de Chapingo. Cine positivo, inteligente, esperanzador. Como para reacomodarse en la butaca y pedir otra rebanada de pastel.

 

Rosalina Piñera
Periodista egresada de la UNAM. En su pesquisa sobre el cine ha recorrido radio, televisión y publicaciones como El Universal. Fue titular del programa Música de fondo en Código DF Radio y, actualmente, conduce Cine Congreso en el Canal del Congreso.
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