Ciudad de México, 2 de abril (SinEmbargo).– Hoy se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una condición que afecta a uno de cada 160 niños en todo el mundo, y se calcula que en México la padecen 45 mil menores. Por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), desde 2008 se busca difundir información sobre este trastorno mental, y este año, denuncia la discriminación que se vive en el ámbito escolar y laboral hacia estas personas, pues estiman que un 80 por ciento de los adultos autistas está desempleado.
«Este año, tengo el placer de lanzar un ‘Llamamiento a la acción’ para el empleo, invitando a las empresas a que asuman compromisos concretos para emplear a personas en el espectro autista. Alentamos a las oficinas públicas, las empresas y los pequeños negocios a que examinen con mayor detenimiento el modo en que perciben a las personas con autismo, se preocupen de informarse sobre este trastorno y creen oportunidades que permitan cambiar vidas.
Las personas con autismo tienen un enorme potencial. La mayoría tiene extraordinarias habilidades visuales, artísticas o académicas. Gracias al uso de tecnologías de apoyo, las personas con autismo no verbal pueden comunicarse y compartir sus capacidades no aparentes. Reconocer el talento de las personas en el espectro autista, más que centrarse en sus debilidades, es esencial para crear una sociedad que sea verdaderamente inclusiva», dijo en su mensaje oficial el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon.
La Organización señaló que además de que la estigmatización y la discriminación asociados con esta enfermedad son un gran obstáculo para su diagnóstico y tratamiento, está el abandono por parte de las autoridades debido a que es un trastorno que no se refleja en las principales causas de muerte. Aunado a ello, puede traer importantes dificultades económicas a las familias, dada la falta de recursos de salud en los países en desarrollo.
¿Qué es el autismo?
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos del espectro autista (autismo, el trastorno desintegrador infantil y el síndrome de Asperger) abarcan diversos problemas del desarrollo caracterizados por el deterioro de funciones relacionadas con la maduración del sistema nervioso central. En todos estos casos coinciden en distinta medida una alteración de la capacidad de interacción sociocomunicativa y un repertorio de intereses y actividades restringido, estereotipado y repetitivo.
«Los afectados por trastornos autistas pueden presentar una disminución de la capacidad intelectual general, así como epilepsia de aparición en la adolescencia. Su nivel intelectual varía mucho de un caso a otro, desde los pacientes con deterioro profundo hasta los casos con aptitudes cognitivas no verbales superiores a lo normal. A menudo sobresalen cognitivamente en un campo específico, la mayoría de las veces en forma de un talento especial para la música o las matemáticas», informó la OMS en un informe difundido en 2013.
Los primeros signos de la enfermedad pueden notarse desde los primeros 12 meses de vida, pero es posible diagnosticarlo hasta alrededor de los dos años, y tienden a persistir en la adolescencia y la vida adulta.
Entre las señales están un retraso en el desarrollo o una regresión temporal de las aptitudes lingüísticas y sociales y la aparición de conductas repetitivas. Además, con frecuencia los afectados manifiestan miedos o fobias, trastornos del sueño y la alimentación, rabietas y agresividad. Las autolesiones, como morderse las muñecas, son también comunes.
Según la estancia de la ONU encargada de la salud, los datos científicos disponibles indican que los trastornos del espectro autista se deben a diversos factores, tanto genéticos como ambientales, que influyen en las primeras fases de desarrollo del cerebro.
Entre los hallazgos más recientes está el de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, que vincula la contaminación ambiental con el aumento en niños autistas. La Escuela de Salud Pública de dicha Universidad publicó a finales de diciembre el estudio en el que hallaron que las mujeres expuestas a altos niveles de contaminación en el aire durante su embarazo, especialmente en el tercer trimestre, duplicaban el riesgo de tener un hijo con autismo, en comparación con las madres que vivían en áreas con bajos niveles de la también llamada materia particulada, generalmente producida por chimeneas industriales, vehículos e incendios.
En México habrá ley de protección
El pasado 26 de marzo, el Senado de la República aprobó turnó al Poder Ejecutivo el proyecto de decreto que expide la Ley General para la Atención y Protección a Personas con la Condición del Espectro Autista, la cual fue aprobada por unanimidad.
Este avance tiene como fin garantizar la plena integración e inclusión a la sociedad de las personas con esta condición, además de obligar a los tres niveles de gobierno a implementar de manera progresiva, políticas y acciones correspondientes para atender este trastorno del neurodesarrollo.
“En México se estima que cada año, 25 mil niñas y niños tendrán un trastorno del espectro autista. Esto representa mayor incidencia que la suma de casos de cáncer, Sida y diabetes pediátrica. De ese tamaño es el reto que tenemos”, dijo la senadora del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en declaraciones recogidas por la agencia Notimex.
Por su parte, la presidenta de la Comisión de Salud, Maki Esther Ortiz Domínguez de Acción Nacional (PAN), mencionó que dentro de 8.1 por ciento de las personas que viven con discapacidad mental, el autismo representa una de los mayores padecimientos. “Se estima que está presentándose en uno de cada 100 niños afectados, en tres áreas fundamentales: Las relaciones interpersonales, los problemas de la comunicación y el lenguaje y los problemas de la rigidez mental y de comportamiento”, dijo en sesión el pasado jueves.
Dentro de las acciones a implementar están las sanciones administrativas y penales para aquellas instituciones de salud públicas o privadas que nieguen la atención u orientación necesaria para dar un diagnóstico o tratamiento adecuados.
Asimismo, en el ámbito educativo también se sancionará a las escuelas que desautoricen la inscripción de personas autistas o permitan el bullying.
Según estudios recientes, el autismo afecta a uno de cada 300 niños en México y cada año podrían aparecer 6 mil nuevos casos.